Gabriela Sabatini y Steffi Graf fueron dos de las jugadoras más icónicas de la era dorada del tenis femenino. A lo largo de sus carreras, protagonizaron una de las rivalidades más apasionantes del deporte. Sin embargo, uno de los momentos más memorables de su historia en común ocurrió en 1988, cuando la argentina logró una victoria histórica sobre la alemana en la final del Miami Open.
A finales de los años 80, Steffi Graf dominaba el circuito. La alemana estaba en su mejor momento y se encaminaba a una de las temporadas más exitosas en la historia del tenis, culminando ese año con el “Golden Slam” (los cuatro Grand Slams y la medalla de oro olímpica). Pocos jugadores podían desafiar su reinado, pero Gabriela Sabatini, con su talento, inteligencia y determinación, estaba dispuesta a hacerlo.
El 3 de abril de 1988, ambas se enfrentaron en la final del Miami Open, un torneo que en aquel entonces ya era considerado el “quinto Grand Slam” por su prestigio y nivel de competencia. Graf llegaba como la gran favorita, invicta en la temporada y con un nivel de juego imponente. Sin embargo, Sabatini tenía otros planes.
Desde el inicio del partido, la argentina mostró una actitud combativa, aprovechando cada oportunidad para imponer su juego. Sabatini utilizó su revés a una mano y su excelente capacidad para variar los efectos y direcciones, descolocando a Graf, quien no encontraba respuestas ante la precisión y agresividad de su rival. A diferencia de otros encuentros, donde Graf dominaba con su potente derecha, esta vez se vio obligada a defenderse más de lo habitual.
Sabatini se llevó el primer set con un sólido 6-4, demostrando que estaba preparada para desafiar a la número uno del mundo. Graf, como era de esperarse, reaccionó en el segundo set, elevando su nivel y logrando un ajustado 6-3 para igualar el partido. Todo se definiría en un tercer set lleno de dramatismo y emoción.
En la manga final, Sabatini mostró una concentración absoluta. Su movilidad en la cancha y su capacidad para dictar el ritmo del juego fueron clave para mantenerse firme ante la presión de Graf. Con un tenis impecable y una mentalidad inquebrantable, logró cerrar el partido con un 6-4 en el tercer set, conquistando una de las victorias más importantes de su carrera.
Este triunfo no solo representó su primer gran título en un torneo de esa magnitud, sino que también marcó un antes y un después en su rivalidad con Graf. Sabatini demostró que podía vencer a la mejor jugadora del momento y consolidarse como una de las grandes estrellas del circuito.
La victoria en Miami 1988 sigue siendo uno de los momentos más brillantes de la carrera de Gabriela Sabatini. Fue la prueba de que, con talento y determinación, podía desafiar a la mejor del mundo y escribir su propio capítulo en la historia del tenis.