Gabriela Sabatini, ícono del tenis mundial y símbolo de elegancia natural, siempre ha sido admirada no solo por su talento deportivo, sino también por su belleza impecable y estilo sobrio. A pesar del paso de los años, la extenista argentina continúa deslumbrando con una frescura y una piel radiante que despiertan la curiosidad de fanáticos y expertos en bienestar por igual. Por primera vez, algunas claves de su rutina de belleza han salido a la luz, revelando que su secreto no se encuentra en fórmulas mágicas, sino en el equilibrio y la autenticidad.
A sus más de 50 años, Sabatini ha mantenido una rutina de cuidado de la piel basada en la constancia, lo natural y la conexión con su cuerpo. Comienza cada mañana con una limpieza suave utilizando productos sin fragancia y libre de químicos agresivos. La hidratación es clave: utiliza una crema nutritiva con antioxidantes, seguida de protector solar, incluso en días nublados o cuando no sale de casa. “El sol es hermoso, pero hay que saber protegerse”, habría dicho en una entrevista con un medio europeo.
Uno de los hábitos más destacados de Gabriela es su compromiso con la vida saludable. Realiza actividad física moderada como caminatas, yoga y natación, lo cual considera vital tanto para el cuerpo como para la mente. Además, practica meditación y técnicas de respiración consciente para reducir el estrés, algo que aprendió durante sus años como atleta profesional y que mantiene hasta hoy.
En cuanto a su alimentación, apuesta por lo natural: muchas frutas, verduras frescas, agua en abundancia y poca azúcar procesada. No sigue dietas estrictas, sino que escucha las necesidades de su cuerpo, algo que, según ella, fue clave para mantener su bienestar a largo plazo.
Aunque se ha mantenido alejada del foco mediático, Gabriela Sabatini sigue inspirando a miles con su estilo de vida auténtico. Su filosofía es clara: “la verdadera belleza empieza por dentro”. Esta rutina sencilla pero poderosa nos recuerda que el brillo que más impacta no es el de la piel, sino el que se irradia desde el equilibrio, la salud y la paz interior.
Con esta revelación, Gabriela reafirma que su legado va mucho más allá del tenis: es también un ejemplo de elegancia natural, autocuidado y empoderamiento femenino.